miércoles, 16 de marzo de 2011

Aventuras con sabor a barrio

"La mañana había ido despertándome, pero entre los dolores del cuerpo y el cansancio acumulado remoloneé durante más de una hora en la cama. Finalmente a eso de las 12 decidí levantarme. Miré fuera. El día era típico de Marzo, gris, lluvioso y frío.
"Perfecto, después de desayunar pintaré mi casco de la moto de negro" reflexionaba mientras sostenía en la derecha mi zumo de naranja exprimida y en la izquierda mis galletas de fibra. Todo muy de deportista, el nuevo chico sano en que me había convertido.
Ya en la calle y tras pintar todo el casco mis ojos se dirigieron a la pared grafiteada de los soportales de mi piso.
"Podría pintar algo" pensé. Nunca antes había tenido un spray en la mano y rebusqué en mi mente la frase perfecta, la imagen que, gracias a mi pericia quedaría grabada para "siempre" en mi soportal.
Me puse a ello, deleitándome con el sonido del spray a presión, perfilando las letras cuidadosamente.
"EH, QUÉ HACES!" . Horror!, un vecino de mi portal me observaba fijamente, con una mezcla de sorpresa, indignación y miedo. Seguro que por su cerebro pasaba la idea de "uf, a lo mejor lleva navaja, no sé si acercarme más".
Pero ya es tarde, la frase ha de acabarse, y con un encogimiento de hombros la termino. Entre los gritos cada vez más histéricos e impacientes del vecino. Finalmente el deber cívico venció al miedo a la figura negra, de gorro y guantes cortados, que mancha su soportal.
Se me acerca, rojo cual culo de babuino, vociferando los grandes clásicos del vociferador de barrio: "Esto es una verguenza!, a que no pintarías en tu casa? VOY A LLAMAR A LA POLICIA!....etcétera, creo que todos podréis imaginar algunas más.
La cosa se calienta, observo que se acercan demasiado, él y su dedo acusador, firme y duro , como pene de recién casado.
Finalmente y tras momentos absurdos, como adjudicarme todos los graffitis del barrio decide que hace un frío excesivo en la calle. O tal vez la adrenalina se le haya ido disolviendo y ha llegado a la conclusión de que podría sacar esa inexistente navaja. Se marcha con gran ruido de zapatos y bolsa de la compra, todo muy teatrero.
Ya en casa pienso en ello. Es increíble como la vida puede seguir sorprendiéndote día a día con nuevas gilipolleces y aventuras absurdas.
Pero..me he vuelto un fuera de la ley, un outsider, un rebelde!. Seré comidilla de vecinas y viejas grullas del portal durante semanas, ¡bien por ellas!.
Soy aquel que tu mamá te señalaba cuando medías 4 palmos, y entre susurros te decía:"Mira a ése pieza, nunca seas como él, es el kinki del barrio".
Así que ya veis gente, soy demasiado guay para vosotros. Un abrazo desde la (demolida)cárcel de Carabanchel."
Dios, qué divertido ha sido todo XD


1 comentario:

  1. Siempre he pensado que los grafitteros son seres especiales que en un momento determinado explotan de creatividad y no tienen más remedio que soltar su obra en cualquier muro cercano a su casa. Incluso creo que deben de vivir cerca de esos lugares para verlos desde sus ventanas o desde su coche cuando pasan bajo esos puentes.... ¿Cómo se puede pintar grafittis en un puente tan alto? Lo mismo el peligro tambien pone su poquito de emoción.

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